Cualquier persona puede meditar, cualquiera. Meditar es algo que no depende de tus aptitudes psicológicas. Todo lo contrario, meditar es utilizar tus sensaciones físicas para pausar tus pensamientos.
Durante todos los años que he enseñado a meditar, cada uno a su manera, personas más estresadas o menos, con distintos puestos de trabajo, distinta edad, diferentes situaciones vitales, distintos objetivos, han conseguido meditar por igual. Cada uno usando las técnicas o tipo de meditación que prefiere.
Pero sí que creo que, para meditar, hay que tener una actitud predeterminada. Creo que toda persona que se acerque a la meditación debe hacerlo con la inquietud del conocimiento. De un camino que se abre ante él. Camino sin dibujar, camino que debe crecer por sí solo, camino que iremos viendo a medida que avancemos . Pero debemos tener la intención de caminar. Tener la actitud de querer incorporar algo nuevo en nuestras vidas.
Al fin y al cabo, la Meditación es algo ancestral que ha utilizado el ser humano desde tiempo inmemorial, algo que ha dado origen y fundamentado conceptos espirituales, religiones y medicina. Solo por adentrarnos en ese viaje, merece la pena.
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